viernes, 15 de julio de 2011

CONFERENCIA DE ANTONIO LÓPEZ PIÑA SOBRE EL TEATRO DE JOSE AURELIO



Buenas tardes a todos.

Es un orgullo que José Aurelio y Antígona hayan contado conmigo para esta presentación. Gracias también a todos los que habéis venido. De forma muy breve intentaré establecer un perfil de lo que yo considero que es la obra teatral de José Aurelio Martín.

Su obra es una obra que cumple su función o que se cumple en su función. Es uno de los pocos autores que conozco que ha estrenado y representado todas sus obras escritas. José Aurelio escribe sus escenografías teniendo en cuenta que lo que salga en el papel debe ser posible en la escena. Este detalle nos indica que su teatro se adapta al grupo, a las personas y no al revés. Qué bonito sería que esto ocurriera en otros ámbitos de la vida, la política por ejemplo, se me ocurre…
José Aurelio elabora sus composiciones teatrales en función de los actores y eso quiere decir que sabe poner el teatro en el lugar que corresponde. ¿Cuántos alumnos forman parte del grupo? ¿Tantos? Pues aquí está esta obra específica para ellos. Lectura, ensayos, interpretación… Deberíais ver lo que significa el teatro para esos chavales, los vínculos que establece entre ellos, la felicidad que les aporta, la responsabilidad que les hace asumir y el crecimiento personal que experimentan. A partir de esa primera y veraz experiencia interpretativa nace una persona vinculada al teatro para siempre, un actor de raíz.
Digna tarea de la literatura esta de servir para algo alguna vez.

Su obra tiene una connotación pedagógica e ideológica. Nadie se opondrá a la primera de las funciones: pedagogía. Clara, grande virtud de la literatura, del arte, de las instituciones docentes. Pero, cuidado, ¿ideológica? Sí, ideológica. Porque para que aquella pueda darse y prenda de verdad, debe existir el sostén de una ideología que valore como imprescindible esta necesidad, que la aliente y que la espolee. Clase.

Como buen poeta, autor de varios libros de poesía aún impublicados que espero que se decida a editar pronto, manifiesta un gusto sutil por la palabra y sus polisemias, pero donde debe. Sus obras no fuerzan a los personajes, no les imponen extraordinarios parlamentos que demuestren su capacidad para desarrollar discursos. El lenguaje de sus obras se ajusta al principio de pertinencia y credibilidad. Sus títulos en cambio siempre hacen referencia a un significado primero y evidente que es compatible con otro más profundo y más fiel al contenido esencial de la obra.

En su primera obra, el título “Clases y clases” no forma parte del “hay clases y clases” del señorito satisfecho de sí mismo, ni del que ejercita el voto cautivo y derechón y nunca habla mirando a los ojos. Clases y clases hace referencia a los distintos estilos de enseñar de los que imparten y que a veces tienen como resultado el aburrimiento, tantas veces la desidia y en algunas ocasiones el disfrute y la motivación de los alumnos. La obra también se refiere al mito del hombre bueno que llega para cambiar el mundo y lo consigue y luego se marcha silenciosamente, anónimo y consciente de que su destino es ser olvidado después de haber inoculado la inquietud. La obra es un homenaje a la fuerza de los grupos de personas orientados hacia un bien respetable y digno que disfrutan durante el proceso de su acción y no paran hasta conseguir sus objetivos. Clase.

Sostenes, su última obra, muestra en la portada, como podéis ver, dos sostenes tendidos al viento verde. La referencia es evidente y así lo quiere el autor, pero… Me ocurrió una cosa curiosa con este libro. Una amiga mía que es a veces un poco despistada, me dijo al verlo: “Oye ¿y este libro? Un poco raro, ¿no? ¿Un libro de filosofía con dos sostenes en la portada?” Yo le pregunté, “¿De filosofía?”. “Sí”, me dijo ella, “he visto que es de un tal Sóstenes”. Sóstenes, la verdad es que suena a filósofo y pensé, me interesa. ¿Hay mejor combinación que filosofía y sujetadores?
Sostenes toma la referencia directa de la prenda que quizá más reduce, objetiza, fetichiza a la mujer, pero José Aurelio utiliza y desarrolla esa referencia con sentido. Como todo el mundo sabe, la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, pero es también la historia enorme y silenciosa de las mujeres que no aparecen en los libros de Historia, que no fueron generales ni conquistaron, matando, largos continentes. La historia de la humanidad es la historia del trabajo abnegado y no reconocido y durísimo y constante de las mujeres que han sostenido la sociedad mientras los hombres volvían de la taberna o de la guerra.
Su obra es una defensa suave y encendida de las mujeres y de su papel sostenedor de la vida en su realidad, de la creación de posibilidades y la transformación de lo que podría haber en lo que, sí, efectivamente hay mientras otros solamente hablan. Dice de su madre o de la mía. Nosotros que crecimos en los años ochenta recordamos que las despensas de entonces no eran como las de ahora, y si había Nocilla es que caía cerca un cumpleaños. Un día ocurría lo imprevisto. Llegaba un familiar sin avisar, que es como se iba antes a las casas, y pon algo de beber aquí a tus tíos y qué alegría veros, cuánto tiempo, y en menos de un minuto aparecía su madre o la mía con unos botellines y unos tomates con bonito en picadillo que ninguno sabíamos de dónde habían salido. Clase.
José Aurelio escribió esta obra mirando las manos de su abuela. Una fotografía en blanco y negro que enseña unas manos ancianas pero fuertes, torcidas, moldeadas por los muchos objetos que han cogido y dominado. Las hermosas manos vivas de su abuela, que tiene más de cien años y hasta hace muy poco todavía veía en la realidad posibilidades que otros ni siquiera imaginamos.

Si me lo permitís, os recomiendo que leáis sus obras, que asistáis a sus representaciones y si tenéis mucho, mucho tiempo que entréis en su página web y os asombréis con todo lo que ha hecho hasta ahora este chaval, que además es mi amigo.

Muchas gracias.



Antonio López Piña
Viernes, 10 de Junio de 2011

PALABRAS SOBRE MÍ DE MI AMIGO Y ESCRITOR EDUARDO MARTÍNEZ RICO.

Mi amigo y escritor Eduardo Martínez Rico ha escrito un pequeño artículo sobre mí y lo ha publicado en su blog:

http://sinnoticiasdeblog.com/losdiasdeicaro/?p=2116

Gracias al compañero, por sus palabras.